Dormir bien es esencial para la salud y el desarrollo de tu bebé. ¿Qué hacer si tu bebé no se duerme con facilidad o se sigue durmiendo? Estas son las claves para que tu pequeño -y tú mismo- paséis una noche feliz.
¿En tu dormitorio o no?
Los médicos recomiendan dejar que el bebé duerma en la habitación contigo entre los seis primeros meses y el primer año. Así se reduce considerablemente el riesgo de muerte súbita. Pero también hay padres que prefieren poner a sus bebés en su propia habitación desde el principio. Te explicamos brevemente las opciones para dormir.
Cuna de colecho
Como padre, estarás físicamente más cerca de tu hijo si optas por una cuna de colecho. Se trata de una cuna que se acopla a tu propia cama. El bebé duerme a tu lado. La cuna colecho es muy práctica para las tomas nocturnas y hace que tu hijo se sienta muy seguro.
Su propia cama en tu habitación
Si pones a tu hijo en su propia cuna en tu habitación, seguirá sintiendo tu cercanía. Además, una cuna suele ser más espaciosa que una cuna de colecho. Eso sí, tendrás que levantarte de la cama cuando tu hijo llore o cuando quieras darle de comer.
Dormitorio propio
Si quieres poner a tu hijo en su propia habitación enseguida o al cabo de unos meses, es importante que allí también se sienta seguro. Una lamparita de noche y algunos peluches expuestos en un armario suelen hacer maravillas.
Rituales para dormir bien
Algunos bebés duermen con tanta facilidad que no necesitan un ritual de sueño. Otros lo necesitan para tranquilizarse. En cualquier caso, un pequeño ritual sigue siendo agradable, ya que es el momento ideal para estar con tu bebé con toda tu atención. Aquí tienes un poco de inspiración.
Eliminar incentivos
Tómate tu tiempo para dejar que la acción y las multitudes disminuyan un poco. Prepara la velada tranquilamente atenuando el ruido y las luces de la casa. ¿Hay algún hermano o hermana mayor y más activo correteando por ahí que aún no necesita irse a la cama? Entonces deja que sea más activo en otro rincón de la habitación o en su propia habitación.
Dar un baño
Un baño suele ser una muy buena manera de calmar a un bebé. De hecho, mientras se seca, se unta crema y se cambia de ropa, tu pequeño consigue una transición perfecta entre la acción del día y la calma de la noche.

Cantar una canción
No importa lo bien que sepas cantar: cantar es puro encanto para un bebé. Elige una nana con una melodía suave y un ritmo lento. Tu bebé aún no puede decirte cuánto le gusta, pero pronto lo notarás.
Lectura de cuentos
A partir de los tres meses, tu bebé ya está preparado para escuchar y ver cuentos. Al principio, elige cuentos muy sencillos, con poco texto y muchos dibujos. La magia de un cuento consiste en que tú ralentizas el ritmo junto con tu pequeño. Por eso, procura dedicarle tiempo a diario.
Para algunos bebés, chupar es la mejor forma de calmarse. Un chupete puede ser entonces una solución.
Ambiente acogedor para dormir
Como hemos dicho, el entorno para dormir es muy importante. Por ejemplo, puedes hacerlo acogedor con una luz nocturna.
Acurruca también a tu bebé. Puedes hacerlo en un saco de dormir o envolviéndolo.
Dedique también tiempo a las caricias, como un beso, una caricia en la mejilla o un apretón de manos.
Si es necesario, deja la puerta de la habitación entreabierta. El ruido de fondo hará que tu hijo sienta tu cercanía. Una ventaja añadida es la lucecita que puede ser tranquilizadora.
Dormir bien
A veces hacen falta meses o incluso años para que tu hijo duerma toda la noche. Es la cruda realidad. Afortunadamente, usted puede tomar el control de ese sueño.
¿Vas a verlo o no?
Algunos bebés lloran varias veces por la noche. Si tu hijo duerme separado, puedes sentir la tentación de quedarte en tu cama y no levantarte. Si tu bebé deja de llorar rápidamente, plantéate hacerlo. Si su bebé llora durante más tiempo, vaya a comprobarlo de todos modos. Los niños necesitan la seguridad de que uno de sus padres está ahí. Si no lo haces, puede desarrollar ansiedad por separación.

¿Tiene hambre?
Si tu bebé llora, tu primer reflejo puede ser que tiene hambre. Aun así, comprueba primero si es realmente así, porque antes de que te des cuenta, tu hijo seguirá apegado a las tomas nocturnas cuando ya no las necesite físicamente.
Proceda como sigue:
- Si su hijo no llora demasiado fuerte, susúbalo primero mientras aún está en la cama.
- Si tranquilizarlo no ayuda, coge a tu hijo en brazos e intenta calmarlo.
- Si tu bebé sigue sin calmarse, comprueba el pañal. A menudo se puede oler en el paso 2 😉.
- Si el pañal está limpio, es posible que tu bebé tenga retortijones. Si es así, masajéale la barriguita durante un rato.
- Si ni siquiera eso ayuda, es posible que tu bebé tenga hambre.
Al cabo de un tiempo, conocerás a tu hijo y no tendrás que seguir todos los pasos para saber qué le pasa.
Reaccionar con calma
Intenta estar lo más tranquilo posible cuando tu hijo se despierte por la noche. Tu hijo percibe cuando tú misma estás nerviosa y entonces no se calmará fácilmente. Utiliza un lenguaje tranquilizador para calmarlo un poco y mécelo suavemente. Apaga también las luces para que todos podáis volver a dormiros rápidamente.
Cada niño es diferente. Algunos se duermen enseguida, otros necesitan más tiempo para desarrollar un ritmo de sueño regular. Así que no te desesperes si tardas algún tiempo en descubrir qué es lo mejor para tu bebé. Esperamos que nuestros consejos sobre el sueño te ayuden y que tu hijo y tú podáis dormir bien pronto.