Una botella de colores: para un adulto, a menudo no es más que un objeto funcional, una forma llamativa de hidratarse. Para los niños, una botella de colores es mucho más: una fuente de diversión, algo que les resulta familiar, a veces incluso un objeto de cariño... Pero, ¿por qué los niños prefieren las botellas de colores? ¿Y cómo evitar las lágrimas cuando llega el momento de comprar una botella nueva?

La influencia del color en los niños
Los colores influyen directamente en nuestras emociones, y en los bebés y niños pequeños ese efecto es aún más fuerte. Cada tono despierta sentimientos específicos, lo que explica por qué a veces tu hijo quiere necesariamente ese biberón en concreto.
- Azul y verde: reflejan el cielo y la naturaleza que nos rodea: una paleta de colores refrescante y atemporal con un efecto calmante y relajante.
- Naranja y amarillo: irradian energía y alegría. Ideales para niños activos que siempre están (o quieren estar) en movimiento.
- Morado y rosa: estos tonos dulces estimulan la imaginación y la creatividad. Una opción adorable para los pequeños soñadores con mucha fantasía.


Una primera expresión de identidad
¿Sabías que durante las primeras semanas después del nacimiento los bebés solo ven el mundo en blanco, negro y gris? En ese momento reaccionan principalmente a los contrastes, los colores primarios y la diferencia entre la luz y la oscuridad. Solo después de 3 o 4 meses tu hijo podrá ver los diferentes colores y distinguirlos claramente entre sí. Entonces, un biberón no solo servirá para saciar su sed, sino que también estimulará su desarrollo visual.
A pesar de los persistentes estereotipos culturales (léase: «el rosa es para las niñas»), el color favorito es sobre todo una cuestión individual y relacionada con la edad. Por lo tanto, si tu hijo siempre elige ese vaso amarillo o la botella azul con estrellas, es una expresión consciente de su gusto y preferencia.

Pero hay otras razones por las que tu hijo elige el color:
- Aumentar la independencia: una botella de colores vivos ayuda a los niños a reconocer más rápidamente sus propias cosas. Esto también resulta útil si la botella acaba en el departamento de objetos perdidos.
- Es mucho más divertido: un vaso de colores vivos anima a tu hijo a beber más agua.
- Se adapta a sus intereses: ¿a tu hijo le gusta pescar? Entonces elegirá conscientemente una botella que vaya con eso, como la que tiene el estampado de tiburones o la azul océano.
- Una forma de destacar: un vaso de colores vivos es también una forma divertida de diferenciarse de los hermanos, hermanas o amigos.
¡Vaya! ¿Qué pasa si tu hijo se encariña con una botella de bebida favorita?
Para tu hijo, el biberón también es una fuente de seguridad y estabilidad. La sensación de confianza que le transmite ese vaso le da seguridad, tanto en casa como fuera de ella y en la guardería. A veces, tu hijo solo quiere beber de su biberón favorito y rechaza sin piedad cualquier otro.
En ocasiones, esta preferencia llega tan lejos que el biberón adquiere un valor emocional, comparable al de un peluche o un pañuelo. Por eso, algunos niños no quieren desprenderse de su biberón, aunque ya sea necesario sustituirlo.

¿Has perdido o se te ha roto la botella? 4 consejos para una transición fluida
Pero, ¿qué hacer cuando la querida botella para beber está realmente gastada? ¿O si (¡oh, no!) se pierde la botella de consuelo? Afortunadamente, hay varias formas de suavizar la transición:
- Compra una taza de repuesto: ¿a tu hijo le encanta el rosa y los estampados? Entonces, es buena idea comprar dos tazas con flamencos. Así evitarás lágrimas cuando la original desaparezca o se desgaste.
- Busca un sustituto digno: elige un vaso del mismo color o con un diseño familiar. Los niños se sienten más cómodos con algo nuevo si les resulta reconocible.
- Involucre a su hijo en la elección: deje que él mismo elija el nuevo biberón. De esta manera, parecerá que ha sido él quien ha tomado la decisión. Así, la transición será un poco más agradable.
- Conviértelo en una fiesta: celebren juntos la llegada de la nueva taza. No es necesario usar globos ni confeti, pero organicen un pequeño momento festivo en el que, por ejemplo, mediante un juego, den la bienvenida a la nueva taza y despidan a la antigua (o se la pasen a a un peluche sediento).

¡Salud!
Una botella de colores vivos es mucho más que un simple objeto cotidiano para los niños. Los colores aportan alegría, reconocimiento y una sensación de seguridad. Ayudan a tu hijo a desarrollar su propia identidad. Al dejar que tu hijo participe en la elección, apoyas ese desarrollo y conviertes el acto de beber en una experiencia positiva.

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